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Blog del editorial de LLavemaestra
por Guillermo Sierra, director de LLavemaestra
05.10.2018
Purgar el sistema de calefacción para lograr mayor rendimiento energético.
Todos los hogares cuentan con un sistema de calefacción con el objetivo de adecuar la temperatura del interior de la vivienda a nuestras necesidades, principalmente en las épocas de frío.
Para instalar el sistema de calefacción más adecuado es necesario realizar un cálculo de lo potente que debe ser dicho sistema, considerando las características del lugar. Por lo general, los sistemas de calefacción domésticos tras meses de uso suelen producir ruidos y aumentar su consumo energético. Cuando eso sucede, se hace necesario purgar el sistema, para que éste regrese a la normalidad.
¿Qué es una caldera?
Las calderas son equipos capaces de generar vapor por medio de complejos sistemas de cambios de calor e inyectarlo a través de tuberías de agua distribuidas por un edificio, con el propósito de climatizar el ambiente y surtir agua caliente.
Estos equipos, que desde hace décadas están presentes en la mayoría de los hogares, han logrado evolucionar hasta convertirse en sofisticados mecanismos de aprovechamiento de la energía. Gracias a diferentes sistemas de funcionamiento, han podido reducir sus dimensiones considerablemente, sin comprometer su eficacia. Sin embargo, algo que no habían podido conseguir los fabricantes hasta ahora es liberar al usuario del mantenimiento o de purgar el radiador de forma esporádica.
¿En qué consiste purgar una caldera?
En la actualidad, las calderas son equipos complejos y modernos. Suelen involucrar sistemas digitales que controlan mejor la temperatura de salida. A veces, tras un considerable tiempo de trabajo, estos sistemas pueden presentar mal funcionamiento. Cuando se producen estas deficiencias, se manifiestan con sonidos de goteo y la superficie del radiador permanece fría. En esos momentos, se hace necesario purgar el sistema y, para hacerlo, solo se debe girar el purgador que posee cada radiador de la caldera, para que salga aire y agua contenida en el sistema.
Purgar el sistema de calefacción es mejor hacerlo al inicio de cada temporada de frío, cuando se pretenda usar la calefacción por primera vez, ya que asegura que lo que se escape por el purgador, será lo causante de un futuro mal funcionamiento de la calefacción y de baja eficiencia energética.
En el caso de las calderas de gas natural, que son el tipo más común de calderas que se encuentran en el mercado, el procedimiento para purgar el sistema consta en liberar el aire contenido en cada uno de los radiadores, con el purgador que contienen en un extremo. Estos sistemas poseen una cámara de calor que quema gas combustible. Es importante vigilar la llama -debe ser azul para gas y amarillo para gasoil-, y que la presión del barómetro se encuentre entre 1 y 1,5 bares.
Las calderas condensadas son otro de los tipos de uso general y son instaladas en los hogares con cada vez mayor frecuencia. Estas comparten ciertas similitudes con las de gas natural, respecto al mecanismo de funcionamiento, incluyen elementos como radiadores automáticos de muy alta superficie y sistemas de aprovechamiento del calor, conforme trabajan a temperaturas más bajas. Un gran beneficio que ofrece este tipo de caldera es que es capaz de purgarse por sí sola.
¿Cómo puede esta acción aportar al rendimiento energético?
Una buena planificación respecto a cuándo purgar el sistema puede suponer un mejor funcionamiento del mismo, y esto se debe a que se busca expulsar el aire que se acumula en el interior de los radiadores, de modo que no entorpezca el tránsito del agua. Esta limpieza del radiador optimiza el rendimiento de la calefacción y disminuye el consumo de energía.
Los mayores fabricantes de calderas suelen incluir en la ficha técnica todas las indicaciones a nivel de consumo energético. Esto es un factor importante en el momento de comprar una caldera, pues ahora se busca cumplir con la normativa ERP, que posibilita el cálculo de emisiones y calor producido de manera interna por la máquina en un sistema de tuberías.
Servicios de mantenimiento de calderas
Tras haber seleccionado la caldera más adecuada, llega el momento de adquirir un plan de mantenimiento de calderas. Estos planes se pagan en cuotas mensuales y consisten en visitas técnicas programadas para garantizar el correcto funcionamiento del equipo. Por normativa, el reglamento de las instalaciones térmicas exige revisión de equipos y sistemas de calefacción, por lo menos una vez cada dos años, después de haberse instalado el equipo. Toda esta precaución se establece con el propósito de no comprometer el rendimiento energético y el óptimo funcionamiento del sistema de calefacción.
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